Por: INSANO
“yo tengo en mi huerto una higuera de la cual se han ahorcado ya muchos de nuestros conciudadanos, he resuelto cortarla para edificar en el, de consiguiente si algunos de vosotros deseáis ahorcaros de ella, os lo aviso para que deis prisa a hacerlo"...
“yo tengo en mi huerto una higuera de la cual se han ahorcado ya muchos de nuestros conciudadanos, he resuelto cortarla para edificar en el, de consiguiente si algunos de vosotros deseáis ahorcaros de ella, os lo aviso para que deis prisa a hacerlo"...
Timón
Día de un denso sol, todo lo cubría un lúgubre presentimiento, como un oscuro y profundo rojo, mi vista se nublaba, el malestar hervía en mi sangre, el aire sofocaba mi aliento cual cordón umbilical anhelando mi suicidio. He visto el constante miedo en sus rostros, siempre en sus pequeños pensamientos, el rostro de dios en sus vaginas devorando su voluntad, cuando siento mis manos húmedas entre sus pendejos, mis dedos entrando y saliendo de sus orificios sanguinolentos, en su calvario. Me agrada el flagelo, sus llantos, cuando el seco aparato roza el pegado entre piernas a la fuerza, y ahí ves de modo deprimente como sus voces te atrapan y el triste sol eyacula en sus rostros.
Santa simplicidad, dios, quemar su emanación de esperanzas, antiguas castraciones, cegar sus parpados con el gran fuego eterno de la claridad suficiente para el engaño, inyectar el silencio absoluto de la estupidez perpetua. Estoy de vuelta en casa.
Mi aliento esconde… supera mi poder y entendimiento, he visto sangrar las estrellas. Olor a insectos, el calor de este lugar azota mi frente contra la piedra, empiezo a sangrar. Tiemblan mis manos, mis ojos no responden, camino en círculos levitando.
La triunfal desolación respiro, bajo una nube de tormento, estas manos que han estrangulado. La muerte ha sido por siglos enemigo de nuestra especie, acaso este deseo es absurdo, cual miseria, cual martirio, realmente los detesto. Maldigo tu debilidad anciano. ¡Oh, pequeños llenos de fe!, ¡Sacudo mi Verga en sus madres! Esa angustia que debilita sus pulmones, que consume su ansiedad en un dulce vacío en funcionamiento, vástagos del sin sentido, de lo enfermo escribo y comprendo, todo esta muerto.
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