ENSAYO: LA CONCIENCIA (A)HISTORICA EN EL INDIVIDUO MODERNO.

Por: PILSENGIRL

Hablar del individuo moderno es algo que en lo personal ya resulta complejo, hablar de su conciencia histórica aún mas todavía, ya que la conciencia es algo que subyace dentro de nosotros, que no podemos palpar, pero de alguna manera si se puede “representar”, esta representación la podemos encontrar en la historia, por ejemplo en los hechos históricos, los cuales representan los actos ya sean individuales o colectivos de una sociedad. De esta manera la conciencia histórica en el individuo moderno tendría varias repercusiones, repercusiones que se hacen tangibles tanto en la cultura como en la sociedad. Respecto al termino cultura creo que es necesario, debido a la amplia gama de definiciones que encontramos de esta, aclarar cual es la que se esta utilizando aquí, en este caso cultura la entenderemos como la producción de bienes simbólicos situados tanto en el Arte como en la Literatura, no tan sólo expresado en el ámbito social o sea no sólo como un espejo de la sociedad sino que al mismo tiempo cultura sería la instancia de la producción del orden social; o sea de la articulación de la sociedad.
Para comprender la creación y construcción de esta conciencia histórica, es necesario hablar de la modernidad, que tiene una estrecha relación con el proceso de racionalización, lo que según Marcuse es propio de occidente, este proceso de racionalización en una primera instancia es lo que habría hecho al hombre alejarse de sus antiguas creencias y modo de representarse el mundo, de esta manera el Hombre ya no justifica la creación del mundo y su actuar en dios, sino más bien vuelca su mirada hacia si mismo, en su interior, en su razón, en su subjetividad, se individualiza, se transforma en el individuo moderno dándose cuenta de su conciencia, de este modo sucede la huida de los dioses, de ahora en adelante la cultura ya no será sacralizada sino más bien una cultura profana la cual da paso a esa relación técnica en donde el mundo se transforma en un espacio que se está organizando matemáticamente.
Respecto a que este proceso de racionalización es propio de occidente, por lo menos en lo personal creo que es algo a debatir, en todo caso independientemente de que sea así o no, este no es tema a discutir aquí, pero pienso que sirve para hacer la distinción entre la modernidad y el modernismo o modernización, ya que si pensamos en que en el siglo XX no existiría esta relación interna entre el mundo y los procesos de racionalización que se llevan a cabo en occidente, esto se desvincularía de la modernidad y de su contexto histórico y por ende se da paso entre la distinción ya nombrada, lo que quiero decir con todo esto, es que la modernización entendiendo que: "el concepto de modernización se refiere a una gavilla de procesos acumulativos y que se refuerzan mutuamente: a la formación de capital y a la movilización de recursos; al desarrollo de las fuerzas productivas y al incremento de la productividad del trabajo: a la implantación de poderes políticos centralizados y al desarrollo de identidades nacionales; a la difusión de los derechos de participación política, de las formas de vida urbana y de la educación formal; a la secularización de valores y normas, etc.” [1] es algo que encontramos en cualquier parte del mundo y por ende existiría una desvinculación del procedimiento de una determinada visión de mundo que habría apuntado en una primera instancia a sólo la occidental.
De esta manera y como lo dije anteriormente el individuo toma forma en la modernidad, debido a su autoconciencia y a la conciencia histórica que comienza a construir a partir de los sucesivos conocimientos que adquiere tanto en cuestiones artísticas, Históricas, en las ciencias físicas, etc. De esta manera el individuo se torna un ser cada vez más introvertido, ensimismado en sus propios intereses, retroalimentandose de todos los saberes que tiene a su alcance, tratando de Ser.
Para ejemplificar de mejor manera esto, que mejor ejemplo que el Fausto de Goete, personaje que representa en el más estricto modo de la palabra al Hombre moderno; una de las peculiaridades que tiene esta novela que a mi parecer resulta importante tener en cuenta, es que este personaje no es un protagonista adulto ni joven como sucede en novelas anteriores, él es un personaje de mediana edad o sea es una novela de formación, la experiencia del personaje va dirigida a un viaje de formación, de construcción de su propia vida. Esto lo vemos plasmarse en las tres metamorfosis por las que pasa en el recorrido.
En la primera metamorfosis “sufrida” por Fausto, este personaje se nos presenta como un ser solitario, ensimismado, aislado. Además se encuentra absolutamente desencantado, toda su vida la siente como un montón de desechos, vacía. Este hastío tendría que ver con una incisión entre su mundo interno, el cual está hipertrofiado, y la desconexión con el mundo externo ya que “Durante años, tanto mediante la meditación como la experimentación, la lectura de libros y el uso de drogas- es un humanista en el sentido más verdadero; nada humano le es ajeno -, ha hecho todo lo que estaba a su alcance para cultivar su capacidad de pensamiento, sentimientos y visión. Y sin embargo cuanto más se ha expandido su mente más profunda se ha hecho su sensibilidad, más aislado se encuentra y más se ha empobrecido su relación con la vida exterior, con las demás personas, la naturaleza e incluso sus propias necesidades y poderes activos. Su cultura se ha desarrollado apartándose de la totalidad de la vida.” [2] De esta forma se da la separación entre individuo y sociedad (aislamiento), debido a que “Los poderes de su mente, al volverse hacia su interior, se han vuelto contra él, convirtiéndose en su prisión.” [3]

En este sentido, y debido a ese exceso de cultura histórica es lo que a Nietzsche lo habría llevado a dar un diagnostico epocal, el Nihilismo, enfermedad que sería ese mortal cansancio de vivir, una tétrica percepción de la vanidad de todo esfuerzo, en donde los valores supremos pierden fuerza, se desvalorizan, entendiendo valores a aquello que nos da la orientación, ya que esta extrema lucidez de la historia es lo que nos debilita, es la enfermedad que nos ataca. He aquí la paradoja que desenmascara Nietzsche, esa cultura histórica que nos enorgullece, una virtud en nuestros días, pero es a su vez esto de lo que tanto nos enorgullecemos, lo que nos produce la enfermedad. Los síntomas de ésta la encontramos en el propio individuo, ya que es él quien es aquejado por una especie de hipertrofia debido al exceso de cultura histórica.

La cultura histórica provocaría que el individuo deje de cargar con el peso de la verdad, este dejar de cargar aparecería como una liberación, y esta tendría como consecuencia la perdida de gravedad, es decir esta levedad es a lo que Nietzsche llamo Nihilismo, la nada apoderándose de la existencia.

Con todo lo anteriormente dicho podemos llegar a la conclusión de que la historia se ha tomado el presente, por el hecho de que ha tomado no sólo lo que ya fue sino también lo que esta siendo, por esta razón lo que haría esta conciencia hipertrofiada, es que el presente ya no aparece como lo que es, sino como lo que esta siendo, ya que tenemos conciencia de todo lo que decimos que “es”, debido a que mañana se dirá que ya ha sido, por ende el presente dejaría de ser un lugar de arraigo, por que no sólo sabemos que el presente es y en la medida en que es esta detenido, o sea como lo denomina Nietzshe lo “a-historico”.
De esta manera es la conciencia la que rompe el instante y lo convierte en un presente “histórico”, el cual es denso, en donde se encuentra tanto el pasado y el futuro de ahí su pesadez, su melancolía y hastío.
Es aquí además donde encontramos otra paradoja, entre lo a-historico y lo histórico; ya que en la cultura moderna, el presente se experimentaría como lo histórico, como lo transitorio, lo fugaz, en cambio el presente significa el instante lo que esta quieto, presente que a diferencia del individuo moderno debido a su conciencia histórica no experimenta como el animal, debido a que este tiene la capacidad de olvido, capacidad de olvido que podemos traducir como algo indispensable para que la cultura se desarrolle como una cultura vital, como una fuerza, en donde se puede encontrar un devenir.

Citas:

[1] Habermas, Jurgen. “El discurso filosófico de la modernidad” pág.12. Madrid. Taurus, Sin año de edición.
[2] Berman, Marshall, “Todo lo sólido se desvanece en el aire ". Pág. 33.México. Siglo XXI, 1998
[3] Ibid

Bibliografía:

Berman, Marshall. “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. México. siglo XXI.1998
Habermas, Jurgen. ”El discurso filosófico en la modernidad“. Madrid. Taurus. Sin año de edición.

Friedrich Nietzsche. “Antología” .Traductores: Joan B. Llinares Chover y Germán Meléndez Acuña. Barcelona. Península. Sin año edición.